La terapia se basa en la participación de los bebés y sus madres en la intervención terapéutica con el enfermo de Alzheimer con el fin de mejorar su bienestar. El contacto con los bebés, además de ser muy agradable, le aporta muchos beneficios: se produce una mejoría a nivel cognitivo, aumenta su autoestima, reduce los niveles de depresión, refuerza los vínculos sociales, etc.
Al favorecer el contacto y la comunicación, ayuda a crear una conducta de relación social positiva, una forma de conectar con los sentimientos y emociones del enfermo.
Los 10 bebés participantes, sirvieron como excusa para evocar los recuerdos y que los enfermos charlaran con las nuevas mamás sobre su vida y el cuidado de sus hijos: el parto, la lactancia, la crianza, cómo compaginaban el trabajo con el cuidado de los pequeños,… y los cambios que hay hoy en día al respecto.
Los usuarios de AFAMO, entusiasmados con la visita, cantaron nanas, arrolos y versos infantiles tradicionales. De esta forma, la comunicación fue más allá de la palabra, utilizando los gestos y el cuerpo para acariciar, jugar, mimar y expresar la alegría del encuentro.
